A pesar de haber sido sometida a un tratamiento antifúnguico que impide el desarrollo de algas y bacterias en la superficie del revestimiento, el usuario de la lámina RENOLIT ALKORPLAN deberá vigilar constantemente que el agua de su piscina esté perfectamente esterilízada y tenga propiedades esterilizantes respetando las siguientes condiciones: pH: 7,2 a 7,6 – Índice de cloro libre comprendido entre 0,3 y 0,8 g/m3.
La temperatura del agua no deberá superar los 32ºC.
Mantenimiento en la época estival
Será necesario vigilar la limpieza cotidiana de las cestas de skimmer y del filtro previo del grupo electrobomba así como el control de llenado del filtro y la duración de su ciclo de funcionamiento.
Estos controles garantizarán el buen funcionamiento de la instalación de filtración cuya eficacia exige una esterilización correcta.
La línea de agua se limpiará regularmente retirando las incrustaciones de origen diverso. No utilizar productos de limpieza abrasivos.
Mantenimiento de hibernación
Durante el periodo de no utilización de la piscina, será necesario respetar las condiciones de una temporada invernal eficaz, a saber:
- Procurar la instalación de una cubierta de invierno.
- Protección de la superficie, de los skimmers y de las instalaciones de filtración contra heladas.
- Aplicación de un tratamiento de agua suficiente para mantener constantemente limpia, esterilizada y con propiedades esterilizantes.
No dude en solicitar a su instalador el paquete de mantenimiento para la temporada invernal.
Oxidación del agua
Las materias orgánicas, microorganismos y elementos tóxicos como son los nitritos y los sulfitos son destruidos por los agentes oxidantes.
La D.C.O (demanda química de oxígeno) indica la proporción de materias oxidables en el agua.
Queda determinada mediante valoración con ayuda del permanganato potásico (por tanto, además de D.C.O. se habla a veces de consumo de permanganato por el agua).
La D.C.O. debe mantenerse por debajo de 4 ppm. De no ser así, esto significa que hay un exceso de impurezas no oxidables debido al sistema de desinfección utilizado en el agua de la piscina. Será necesario entonces cambiar el agua de la piscina.
El poder de oxidación de un desinfectante se mide como una tensión eléctrica y se denomina potencial redox.
Ciertos sistemas automáticos utilizan esta medida para regular la cantidad de productos oxidantes añadidos al agua. En este caso, los sistemas deben mantener el potencial redox por encima de 670 milivoltios.
El potencial redox depende de la naturaleza y de la concentración del producto oxidante. Este último parámetro puede quedar igualmente determinado por la decoloración del O.T.O. (orto-tolidina, de color naranja), o mejor aún, con ayuda de la D.P.D (dietilen-fenil-diamina, de color violeta).
Lucha Contra los Microorganismos
Los microorganismos más corrientes en las piscinas son los siguientes:
Los VIRUS son organismos que se sitúan en la frontera entre la materia viva y la materia inerte.
Cuando un virus es absorbido por una célula del cuerpo, se producen interacciones con ésta que pueden provocar una multiplicación del virus. Fuera de una célula, el virus se comporta como una materia química inerte y no presenta el menor signo de actividad.
Las BACTERIAS son el grupo más importante de los microorganismos.
Dada la diversidad de sus formas y dimensiones, es muy difícil dar una definición general de las mismas. Ciertas bacterias son patógenas y por ello se las debe combatir.
Las ALGAS necesitan luz, aire y agua permanentemente.
Es fácil combatirlas aunque, en ausencia de biocidas, pueden proliferar a veces a una velocidad asombrosa y darle un color verde al agua. Para crecer necesitan gas carbónico, fosfatos y nitratos. Esta es, por otra parte, la razón por la que se evita la utilización de fosfatos como agentes anticalcáreos. Las algas no son patógenas. Sus principales inconvenientes son sobre todo de tipo estético, aunque también colmatan los filtros y aumentan la D.C.O. Algunas algas provocan manchas sobre el revestimiento de estanqueidad.
Dado que los MOHOS se alimentan por oxidación de materias orgánicas, es importante mantener la D.C.O. del agua lo más baja posible.
Además, los mohos son poco sensibles a los desinfectantes, ya que forman esporas con facilidad. Los mohos son a menudo responsables de diversas irritaciones de la piel. A veces aparecen debajo de la membrana mohos que producen colorantes que manchan el revestimiento.
Por lo tanto, es importante desinfectar el suelo antes de colocar la membrana.
La desinfección de las aguas de piscina tiene como objetivo acabar con cualquier actividad microbiológica e incluso destruir una determinada cantidad de microorganismos. Sin embargo, la desinfección no es sinónimo de esterilización, ya que algunos de estos microorganismos son capaces de pasar a un estado de no actividad (por ejemplo, formación de esporas) en el que no crecen ni se multiplican, aunque siguen existiendo. En cuanto el medio ambiente les vuelve a ser favorable (ausencia de tratamiento), recobran su estado activo y pueden multiplicarse rápidamente. Por lo tanto, es importante estar atento y vigilar que el agua de la piscina se mantenga permanentemente en un ambiente desfavorable para estos organismos.
Además de los productos oxidantes, existen igualmente productos que, sin ser oxidantes, poseen un poder desinfectante. Estos son considerados
tóxicos para los microorganismos. Estos agentes se utilizarán en concentraciones no nocivas para el hombre.
Resumen de las técnicas de desinfección
Las técnicas de desinfección se basan normalmente en uno de los mecanismos siguientes o en una combinación de los mismos:
Modificación de la permeabilidad de la pared de la célula del organismo. De esta forma, dicho organismo ya no puede absorber alimentos ni excretar los residuos. Entre estos productos, figuran los tensioactivos o detergentes (por ejemplo, los compuestos cuaternarios del amonio, los productos antialgas).
Reacción con enzimas y proteínas, con el objeto de perturbar los procesos vitales de la célula. Por ejemplo, los productos oxidantes (cloro, bromo, oxígeno activo), así como los compuestos organosulfurados, los metales pesados (cobre, plata, arsénico, etc.) y los aldehídos. Así, por ejemplo, el cloro o el hipoclorito atravesará las paredes de la célula y reaccionará con las proteínas, formando cloraminas.
Los fenoles clorados, al igual que los alcoholes, provocan la formación de suspensiones coloidales en el citoplasma, lo que perturba los procesos vitales de la célula. Sin embargo, no se utiliza este tipo de productos en las piscinas.
Todas las técnicas de desinfección de piscinas se basan en la combinación de un biocida con un producto oxidante: se utilizan bien dos productos de los que cada uno presenta una de estas propiedades, o un solo producto que reúna ambas propiedades.
Productos que contienen cloro
La acción de todos estos productos se basa en el poder oxidante y las propiedades desinfectantes
del ácido hipocloroso. Según el pH, este último se puede disociar para formar hipoclorito:
HOCl + OH- == OCl- + H2O
Esta reacción de equilibrio se produce sobre todo con un pH entre 7 y 8: para un pH de 7, ésta se encuentra en un 70% bajo la forma de HOCl, mientras que para un pH de 8, sólo se encuentra en un 20%. Esto implica que el pH del agua de la piscina debe corresponder exactamente a las indicaciones dadas por el fabricante.
- Las condiciones normales para una buena desinfección son las siguientes: de 0,7 a 1,2 ppm de cloro pH entre 7,2 y 7,6
En caso de plantearse problemas (por ejemplo, proliferación rápida de algas) o al comienzo de la temporada de utilización de la piscina, es necesario realizar una desinfección en profundidad.
- Las condiciones en este caso son las siguientes: 10 ppm de cloro pH = 7,2
Se puede medir la tasa de cloro mediante la decoloración de la O.T.O. o de la D.P.D.
Se aconseja añadir un estabilizador al agua, para evitar un consumo demasiado rápido de hipoclorito. El estabilizador más utilizado es el ácido isocianúrico, del que se añaden unas 30 ppm al agua. Si hay demasiado estabilizador en el agua, disminuirá demasiado su potencia de desinfección. Solo los cloro-isocianuratos provocan una disminución del pH, todos los demás productos a base de cloro lo hacen subir.
El hipoclorito activo se produce por la reacción entre un producto que contiene cloro y el agua.
Estas son las diferentes formas que se pueden encontrar en el mercado:
La lejía
La lejía es una solución alcalina diluida de hipoclorito sódico (± 13%). Es, con mucho, la fuente más barata de hipoclorito aunque, debido a su concentración bastante baja, es necesario almacenarla en grandes cantidades. Este producto puede verterse directamente en el agua de la piscina, con la condición de que la bomba de circulación se encuentre en marcha. La lejía conlleva un fuerte aumento del pH, por lo que hace falta corregir este último con bastante regularidad. Debido a su utilización bastante complicada, la lejía se utiliza raras veces en las piscinas privadass
El color rápido y el cloro lento
Los di- y tri-cloro-isocianuratos poseen una proporción de cloro bastante elevada. Además, se comercializan en forma sólida, lo que facilita su empleo. Las pastillas de disolución lenta son un medio excelente para desinfectar las piscinas durante períodos prolongados, sin que sea necesaria la intervención humana. Las pastillas y granulados no se pueden echar nunca directamente a la piscina. Generalmente los skimmers prevén un espacio adaptado para contener estos productos. Dado que los di- y tri-cloroisocianuratos contienen ya un estabilizador, no es necesario añadirlo separadamente al agua de la piscina. Sin embargo, esta característica presenta un inconveniente: si la piscina se desinfecta sólo con estos productos, nos encontraremos antes con un exceso de estabilizador. Por lo tanto, se deberá renovar el agua más a menudo.
El hipoclorito cálcico
El hipoclorito cálcico se comercializa igualmente en forma sólida, lo que facilita su manipulación. No contiene estabilizadores. El hipoclorito cálcico sólo se debe utilizar para aguas blandas, ya que aumenta la dureza de las mismas.
El hipoclorito de litio
El hipoclorito de litio es el menos conocido. Se comercializa igualmente en forma de granulados, y no parece que aumente la dureza del agua.
La electrólisis de la sal
La electrólisis de la sal produce hipoclorito sin que haya que añadir al agua productos a base de cloro. Los equipos automáticos que la producen pueden ser regulados con gran precisión.
El cloro gas
El cloro gaseoso se utiliza muy escasamente, ya que la manipulación de este producto conlleva algunos riesgos. Además, esta técnica tiene una incidencia bastante importante sobre el pH.
El dióxido de cloro
El dióxido de cloro es un desinfectante casi tan potente como el hipoclorito, aunque posee un olor menos penetrante. La producción de dióxido de cloro se debe realizar en condiciones muy precisas, lo que requiere una instalación automatizada. Esta técnica se utiliza raras veces.
Productos que contienen bromo
Estos productos trabajan siguiendo el mismo principio que el hipoclorito. El pH es menos importante: hasta un pH de 8, queda del mismo un 80% en forma de HOBr. Las concentraciones normales de utilización son: de 1 a 2 ppm de bromo y pH de 7,2 a 8,0.
Una desinfección en profundidad se llevará a cabo con ayuda del hipoclorito (véase el apartado anterior).
La proporción de bromo también se mide con la O.T.O o la D.P.D.
El bromo podría verterse en forma líquida pura en el agua pero, como ocurre con el cloro puro, esto no se hace normalmente, ya que es peligroso.
Las formas más utilizadas son las siguientes:
a. Derivados sólidos: moléculas que contienen bromo y cloro. Son pastillas de disolución lenta que necesitan un dosificador especial.
b. Procedimiento indirecto: se añade al agua una sal de bromuro. El bromuro se activa por la adición de un oxidante más fuerte (hipoclorito u oxígeno activo), lo que forma el hipobromito.
Combinación de hipoclorito y metales
Se puede disminuir la cantidad de hipoclorito que hay que añadir en el agua cuando la desinfección se sostiene mediante la presencia de metales. Para conseguirlo, se utilizan a veces el cobre y la plata.
Una concentración de unas 0,5 ppm de cobre disuelto confiere al agua propiedades algicidas.
La plata es un biocida de espectro más amplio, aunque debido a su toxicidad y a su precio elevado, la proporción de plata se mantiene en 0,01 ppm aproximadamente. Estas concentraciones de metales permiten bajar la proporción de hipoclorito entre 0,2 y 0,5 ppm (para el pH, desinfecciones en profundidad, etc., véase el apartado sobre el hipoclorito).
La presencia de metales disueltos en el agua de piscina provoca a veces la formación de manchas en la membrana. Estas manchas pueden deberse a varias causas:
depósitos de sales metálicas, depósitos por efectos electroquímicos o por reacción entre los metales y gases, pudiendo éstos ser producidos por bacterias. Los metales se añaden al agua en forma de sales solubles (por ejemplo, sulfato de cobre) o por electrólisis de electrodos metálicos (los sistemas electrofísicos o electroiónicos).